
Paco G. Redondo. Profesor de Geografía e Historia
El cambio de nombre, por el gobierno municipal minoritario de los fans de Álvarez-Cascos, de la Avenida del Llano por el del ex alcalde José Manuel Palacio ha causado desconcierto e indignación entre el vecindario. Todas las ciudades reconocen habitualmente a sus convecinos destacados por su trayectoria, y poco habría que objetar a dedicar una calle nueva y grande a José Manuel Palacio.
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Hay cuestiones candentes que merecen aclaración pública. No parece normal que la autoridad política municipal plantee la desaparición de un barrio (aunque sea pequeño como El Muselín) aduciendo peligro de derrumbamiento, los vecinos lo rebatan con informes geológicos que amparan su estabilidad, y no se dilucide.
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